La comunidad de CL de Lagos en Oshodi

Nigeria. De vacaciones, a un paso de casa

Después de tres años, por fin una breve convivencia para la comunidad de CL en Lagos. Juegos, música, la Escuela de comunidad… hasta Manzoni. Todo para descubrir que «somos preferidos»
Paolo Perego

No se hacían “vacaciones” en Lagos desde hacía tres años, debido a la crisis. «Hay mucha gente que vive con poco dinero en el bolsillo, por eso decidimos privilegiar otros momentos, como los retiros de la Fraternidad…». Bárbara, una italiana que lleva muchos años en Nigeria, es la responsable del movimiento en este país africano. «Este año, aprovechando la ocasión de las fiestas nacionales por el final del Ramadán, decidimos intentar organizar una convivencia de tres días para la comunidad de CL». El calendario era favorable y «había tiempo que muchos insistían en organizarla», añade Bárbara.

Dicho y hecho. El grupo de whatsapp se inundó de mensajes las semanas previas. Viajar allí es prohibitivo a causa de los elevados precios, así que eligieron como lugar de destino Oshodi, un barrio de Lagos. «Me quedé perpleja. Es uno de los sitios más feos de la ciudad, un “mercado” abarrotado de gente las veinticuatro horas del día…». Pero qué sorpresa cuando vio el lugar que había reservado Charles, un centro federal de formación con escenario, piscina, campo de fútbol y espacios libres, «todo para nosotros».

Uno de los juegos durante las vacaciones de Oshodi

Para Bárbara, los días antes de las vacaciones fueron un poco complicados. «Agobiada por el trabajo, no tenía tiempo para preparar nada para esos días, mientras que todos hacían un montón de cosas. Sobre todo, no me estaba preparando yo. “Me siento vacía”, escribí a Rose, en Uganda. “¡Pero Él está!”, me respondió». A Bárbara solo le tocaba descubrir «dónde verlo y tocarlo, ahora».

Siempre tiene a mano el cuaderno de los Ejercicios de la Fraternidad. «Me llama la atención una frase di Carrón: “Cada uno de nosotros, el rostro de cada uno de nosotros “es” esta preferencia, este gesto absolutamente único de preferencia”. Mi ser es Su preferencia, el rostro de cada uno de nosotros es esta preferencia de Cristo. Es algo que ya sabía, pero ha hecho que mi corazón despertara». Entonces empezaron las vacaciones para Bárbara, con el deseo de comunicarlo, desde la introducción del viernes por la mañana, a los treinta amigos que se habían dado cita en Oshodi. «Les dije que esos tres días eran una ocasión privilegiada para descubrir esto, para buscar y gustar su presencia entre nosotros».

Rubén preparó los juegos, llevando para ello todo el material necesario. «Igual que un padre, había pensado en planes alternativos en caso de lluvia o sol excesivo, cuidando al detalle la agenda del fin de semana. Y lo mismo con los cantos», cuenta Bárbara. Entre varios momentos, Alda guio al grupo para escuchar el Concierto para violín y orquesta de Beethoven, recordando la importancia de la música en la propuesta de don Giussani para educar el corazón. «A pesar de la lejanía cultural y de una sensibilidad muy distinta de la que estamos acostumbrados, todos quedaron impactados y conmovidos», recuerda Bárbara.

En el fondo, eran jornadas muy sencillas. Acompañadas por el rezo de laudes por la mañana y la misa con el padre Panachy, párroco en Festac, la periferia al oeste de Lagos, «enamorado de don Giussani, que todos los días, como no podía estar con nosotros por su trabajo en la parroquia, iba y venía en unos horarios impensables atravesando la ciudad entera. Una vez llegó al amanecer y nos encontró a todos en la cama. Pero solo podía ir a esa hora porque luego tenía que hacer un viaje, y con tal de estar…». Todos los días retomaban la Escuela de comunidad para ayudarse a abrir la mirada y caer en la cuenta de lo que estaba pasando esos días en Oshodi.

Roland y Otito, con la experiencia del CLU a sus espaldas, fueron a las vacaciones acompañados de sus novias. «Hace años, cuando éramos muy jóvenes, nuestras convivencias empezaban bailando a las cinco de la mañana». En cambio, ahora solo se preocupaban de seguir y de que sus novias también pudieran vivir una experiencia plena. «Otito me confesó su preocupación por la timidez de Nancy, su novia. Por su parte, Lynda, futura esposa de Roland, me dijo: “Eh, sois extraño, ¡pero me gusta!”». Charles siempre estaba pendiente de que la comida estuviera a su hora, las habitaciones limpias, que no faltara el agua. «Era feliz sirviendo», dice Bárbara.

Chris juntó a los “hombres fuertes”, Don Rodrigo y el Innominado, «parecía una clásica historia nigeriana de violencia y abuso de poder. Pero también estaba Lucía, el encuentro con el cardenal Federico...»

Christopher, apodado “farmer”, granjero, porque es uno de sus diversos trabajos, propuso a todos una lectura de Los novios. Le encanta leer, y a veces se lleva al campo sus libros. «Le propuse estudiar la novela de Manzoni en vacaciones, pero no encontró el libro», cuenta Bárbara. «Pocos días antes, conseguí algunos capítulos en inglés y se los envié. “¡¿Pero cómo voy a leer todo eso en tan poco tiempo?!”». Pero lo hizo, y llegó a Oshodi entusiasmado. Se puso a juntar fragmentos de los “hombres fuertes”, Don Rodrigo y el Innominado, de tal modo que «parecía una clásica historia nigeriana de violencia y abuso de poder. Pero también estaba el personaje de Lucía, la noche de los tormentos, el encuentro con el cardenal Federico... Chris estaba fascinado, y nos arrastró a todos primero en esa violencia y luego en esa belleza», sigue narrando Bárbara. Tanto que la frase del Innominado «obstinado como un pobre a tu puerta» se convirtió en el refrain de las vacaciones.

La asamblea final «fue un espectáculo». Todos querían contar lo que les había pasado esos días. «Todo esto me ha ayudado a reconocer un hecho: “soy preferido”», dijo Nyemike. «Venía de una situación laboral complicada. Necesitaba un “hecho” que me ayudara a estar delante de lo que me pasaba, y en estas vacaciones me he dado cuenta de que ya estaba sucediendo».

Nyemike: «Todo me ha ayudado a reconocer un hecho: “soy preferido”»

Para contar sus vacaciones, Steve se refiere a un episodio de unos días antes. «Estaba en mi habitación escuchando Give me Jesus y mi hija entró y me dio un abrazo. Se me saltaron las lágrimas». Para él fue la experiencia de «Cristo presente aquí y ahora, delante de nosotros, mendigos de Él, que nos da todo». También intervinieron Stephen, Otito, Nancy… describiendo esa preferencia inesperada que habían sorprendido hacia sí mismos.

«Con nosotros, vinieron también a las vacaciones Esther y Giuseppe, una pareja italiana que vino hace dos meses a Nigeria para adoptar a dos niñas, Rose y Favour». Bárbara les conoció y comió con ellos. Les habló de la comunidad y de las vacaciones que estaban preparando. «¿Podríamos ir?», preguntaron ambos. «Así que estuvieron con nosotros en Oshodi, participando en todos los momentos. Después de volver a casa me escribieron: “Gracias, lo hemos pasado muy bien y volvemos a Lekki llevando en el corazón la imagen del mendigo, que en el silencio de la oración puede encontrar la Palabra que sacia, el bálsamo que sana las heridas”».