Julián Carrón (CL): Benedicto XVI nos ha mostrado la belleza de la fe en Cristo

Entrevista a Julián Carrón, a cargo de Adriana Masotti
Julián Carrón

Un testimonio de la plenitud que sólo la fe en Jesucristo puede dar a la vida de cada hombre: el que se expresa en estos términos, refiriéndose a Benedicto XVI, es Julián Carrón, presidente de Comunión y Liberación (CL), quien – en esta entrevista de Adriana Masotti – pone de manifiesto uno de los aspectos a su parecer más significativos de la persona y del Pontificado de Benedicto XVI: «Yo lo resumiría en una imagen que todos tenemos en mente: la cara alegre, luminosa, radiante, con que el Papa nos saludó antes de que la puerta de Castelgandolfo se cerrase, porque esta alegría que hemos visto en su rostro dice todo acerca de lo que Cristo es para él. Sólo la presencia real de Cristo puede llenar la vida de un hombre hasta hacerla rebosar de esta plenitud. Esto es lo que expresa esa imagen, la experiencia humana que nos ha mostrado: cuál es la naturaleza del cristianismo. El Papa nos ha introducido constantemente y testimoniado de toda manera posible cómo sólo Cristo puede responder a la sed de vida que tiene cada hombre. Su cara alegre demuestra que esa respuesta existe. Esta es la clave para entender su magisterio y todo lo que él nos ha comunicado».

¿Qué ha representado en particular Benedicto XVI para Comunión y Liberación?
Ha sido para nosotros un testigo de Cristo que ha tenido la audacia y la grandeza de mostrar la pertinencia de la fe a las exigencias de la vida. Por eso le hemos mirado, seguido y leído sus discursos y homilías casi diariamente.

¿A lo largo de los ocho años del Pontificado de Benedicto XVI ha habido algún momento de especial cercanía a CL que usted desee recordar?
Siempre permanecerá en nuestro recuerdo, antes de que fuese nombrado Papa, el funeral de don Giussani, el que quisiera presidirlo y sus palabras acerca del fundador de Comunión y Liberación. Recuerdo también la audiencia que concedió a todo el movimiento en la Plaza de San Pedro, y más recientemente, la audiencia que ha concedido a nuestros amigos de la Fraternidad Sacerdotal de San Carlos Borromeo, en la que ha corroborado su amistad con don Giussani. No obstante sería reductivo limitarse solamente a estos gestos, porque Benedicto XVI ha sido una compañía constante para nosotros, una luz que nos ha ayudado a vivir la fe hoy, que la ha hecho interesante y nos ha mostrado cuál es el valor de la razón en relación con la fe. No podemos dejar de entrar en diálogo con las preguntas de los hombres, ni olvidar que la iniciativa es siempre de Dios. Tampoco que el cristianismo es un acontecimiento que sucede en la vida y que la despierta. Por último, no podemos reducir la vida de la Iglesia a una organización. Todo esto es lo que ha sido para nosotros: algo precioso para nuestra historia.

¿Cómo viven los seguidores de Comunión y Liberación estos días de espera a la elección del nuevo Pontífice?
Siguiendo la estela de lo que nos ha sugerido el propio Benedicto XVI antes de dejarnos, esperamos en oración. Rezamos para que el Señor nos dé el Pastor que necesita la Iglesia hoy. Pedimos al Señor que el Espíritu ilumine a los cardenales para que puedan identificar – según el designio de Dios – la persona que el Señor ha elegido para guiar a su pueblo. Estamos en espera, como toda la Iglesia, pero al mismo tiempo en paz, la paz que el gesto de renuncia de Benedicto XVI nos ha transmitido. La certeza de la presencia de Cristo en la Iglesia es lo que ha hecho posible el gesto del Papa Benedicto. Por eso estamos llenos de confianza, porque la presencia de Cristo ahora es más patente que nunca.

Nos confiamos al Espíritu, padre Carrón, pero si usted tuviese que hacer un pronóstico, ¿cómo desearía que fuera el nuevo Papa?
Un hombre de fe, apasionado por Cristo, que despierte cada vez más nuestra fe para que podamos volver a descubrir cuál es su belleza, su capacidad de responder a todos los desafíos de la vida, y tener a alguien a quien mirar para aprender a ser cristianos en estos tiempos en los que estamos llamados a vivir la fe.

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