Inundaciones. Una comunidad en marcha

«Frente a lo que sucede, o te quedas en la apariencia o vas al fondo de tu consistencia y tomas conciencia de quién eres». Dos testimonios desde Forlì y Cesena

Querido Davide:
Vivo en Forlì con mi marido Giovanni y nuestras tres hijas: Beatrice de 5 años, Rebecca de 3 e Irene de 3 meses.
Hace un año, después de muchos sacrificios, logramos comprar una casa, que el martes quedó destruida en cinco minutos por las terribles inundaciones. El agua se lo ha llevado todo, pues era una casa baja. Es inútil expresarte la rabia y el sufrimiento que eso supone. El miedo a no poder afrontarlo económicamente.
En medio de esta tragedia, no dejo de pedirle al Señor: «Si es cierto que quitas para dar, entonces haz que vea».
Y debo decir que nos está dando algo increíble. Una compañía concreta que se ha puesto en marcha por nosotros. La fraternidad de mi marido, desde Bolonia, los amigos de Forlì, los bachilleres… todos están trabajando sin parar por nosotros.
Es un hecho objetivo que el Señor se nos está mostrando a través de los brazos de nuestros amigos.
Nuestra hija de 3 años, mientras nos sacaban en una lancha, decía: «Lo bueno es que estamos juntos». La de 5 se puso a llorar cuando nuestros amigos le trajeron ropa y juguetes, diciendo: «Mamá, cuánto me quieren, ¿cómo podré darles las gracias?».
Su corazón puro no tarda en reconocer lo esencial.
Hoy, con lágrimas en los ojos porque la herida es muy grande, no puedo dejar de reconocer que Él nunca nos deja solos y que nos ha preferido, donándonos una compañía de amigos estupenda.
Gracias por tu mensaje a todo el movimiento y por la recogida de fondos.
Veronica, Forlì




Estos días, muchísima gente de la comunidad ha dado su disponibilidad para ayudar como voluntarios, acudiendo a retirar lodo o a prestar otros servicios a la gente que pedía ayuda. Todo esto se ha puesto en marcha gracias a un chat que hemos creado para hacer más útil y eficaz el servicio de asistencia a las familias más afectadas.
Quedamos con todos los voluntarios en un punto de encuentro para empezar con una oración, buscando el sentido de lo que íbamos a hacer.
Ha sido increíble cómo toda la comunidad se ha puesto en marcha. A las nueve de la noche rezamos juntos el rosario todos los días, con casi 200 personas conectadas, y a las 8:30 misa en la parroquia de uno de los barrios más afectados.
Es asombroso que un momento tan complicado y difícil ponga en movimiento de esta manera a una comunidad entera.
Frente a lo que sucede, o te quedas en la apariencia o vas al fondo de tu consistencia y tomas conciencia de quién eres. Es un trabajo continuo.
Paolo, Cesena