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Ejercicios. «Invitado a cambiar de mentalidad»

Un año de pandemia, un ingreso por Covid y ahora, el tratamiento en casa. Con la “cercanía” de tantos amigos y la posibilidad de seguir los Ejercicios por internet

Considero mi relación con el Covid como una batalla que ha dado sus frutos. Desde el punto de vista sanitario, estuve ingresado del 9 al 23 de abril. Desde entonces sigo el tratamiento en casa. Me doy cuenta de que más de un año de pandemia ha servido a los servicios médicos para tener un protocolo que hace posible mi curación. Pero también veo que hay algo más. En casa decidí ponerme a ordenar papeles y me encontré con un librito de don Giussani publicado en 1988, pero que data de 1955, Respuestas cristianas a los problemas de los jóvenes. Allí leí un párrafo que me ayudó a despejar los factores en juego: si los problemas humanos se reducen al saber, al trabajo, al amor y a la convivencia, también es cierto que «la vida se hace más interesante cuanto mayor es la fuerza con que se perciben los problemas» y que «el deseo que nos empuja hacia la solución de los problemas, en último término, encarna un profundo atractivo con el que Dios nos llama hacia sí». En estas últimas líneas se traduce una parte del “despertar de lo humano” del que habla Carrón y que ahora estoy experimentando.

Desde cualquier punto de vista, no solo el sanitario, percibo una atención muy concreta hacia mí por parte de mis seres queridos. Pongo dos ejemplos: una amiga que me recuerda la posibilidad de participar en los Ejercicios de la Fraternidad online y otro amigo muy querido que me llamó todos los días de mi ingreso para rezar juntos. Él rezaba, yo escuchaba conmovido al oír su voz diciendo: Virgo potens, Virgo clemens, Virgo fidelis e poi Salus infirmorum, Refugium peccatorum, Consolatrix afflictorum, Auxilium christianorum.

Testimonios de afecto que también sorprendo entre mis compañeros de trabajo, donde también percibo mi despertar. Cuando estás enfermo, hasta un simple mensaje de WhatsApp sirve de consuelo, haciendo que surja en mí la pregunta: ¿qué vínculo existe entre nosotros? Me doy cuenta de que el amor del Señor hacia mi vida adopta el rostro de personas que acuden en mi ayuda. Y todo se ha desarrollado libremente, en ellos, en mí y en Él.

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Hace unos días, mi madre leyó las páginas de los Ejercicios de la Fraternidad que se han publicado en la web y me decía que le eran de gran ayuda. Al tomar en consideración la crisis con sus diversas implicaciones y al situar esta pandemia en una perspectiva de esperanza. Recuerdo que las preguntas y cantos del domingo por la mañana me conmovieron mucho. Veo que lentamente estoy cambiando de mentalidad. Mejor dicho, me veo invitado a hacerlo. Favorecido por haber podido seguir los Ejercicios estando enfermo de Covid y al mismo tiempo con la multiforme ayuda de tantos amigos.
Luca, Vimercate (Monza-Brianza)