El deseo de Aquiles

Por primera vez, Paola va a clase con una lección no perfectamente preparada. Un itinerario por la literatura griega y latina. «Lo que me aclaró las ideas fue el diálogo con los alumnos»

Preparando una presentación para el primer día de clase, donde quería mostrar cómo algunos autores griegos y latinos describen quién es el ser humano, quién soy yo, me di cuenta de que el material cada vez se alargaba más y todo se estaba complicando. Lo que me llamó la atención fue que, por primera vez, en vez de ponerme nerviosa y tratar de reordenarlo todo (como suelo hacer), me sentía extrañamente tranquila. Y llegué así al centro, contenta de volver a ver a mis alumnos, aunque no lo tuviera todo claro. De hecho, la presentación quedó abierta, muchas partes no se definían ni se cerraban. Me decía a mí misma: «Solo si me pongo en juego con ellos, estas intuiciones que tengo podrán aclararse. Veremos qué pasa…». Y así fue. Después del diálogo en clase, pude poner en orden mis ideas y las diapositivas que había preparado.

Me llamó especialmente la atención lo que decía Serena, una alumna de tercero a la que le impactó mucho una diapositiva que decía que, para dejar nuestra huella en la historia, hace falta que la realidad imprima su huella en nosotros. Conmovida, declaró que su mayor deseo era que siempre la recordaran, y que le impresionaba mucho que ese deseo pasara a través de las cosas que más le gustan.

Me dejó sin palabras. Una chica de 17 años que, en 2020, tiene el mismo deseo que Aquiles. No veo la hora de descubrir cómo la literatura griega y latina, que daré este año en la clase de Serena, responderá a su pregunta. Realmente es un verdadero inicio, totalmente nuevo.
Paola, Pesaro