Coronavirus. «Pedid para mí el don de la perseverancia»

Una enferma en uno de los hospitales lombardos escribe a sus amigos. Dentro del cansancio, «lo único que puedo hacer es pedir el bien y la capacidad de hacer la voluntad del Señor»

Queridos amigos, en estos momentos en que estoy viendo toda la fragilidad de la que estoy hecha, necesito las manos de los demás (manos preciosas) para todo, hasta para las cosas más sencillas (entre catéteres, suero, máscara de oxígeno) y, después de mi enfado inicial, lo único que puedo hacer es seguir pidiendo el bien y la capacidad de hacer la voluntad del Señor.

Pero ni siquiera soy capaz de rezar mucho tiempo, me distraigo. Un rosario entero no logro acabarlo, pero me encomiendo continuamente a Jesús, José y María, a los que imagino aquí, alrededor de mi cama, junto a mi ángel de la guarda, sosteniéndome y acompañándome.

Percibo mucho bien a mi alrededor y con mi familia, y os lo agradezco muchísimo. Pedid conmigo el don de la perseverancia… Os quiero.
Barbara