La cena en la parroquia Bom Jesus dos Passos en Sao Paulo

Brasil. Navidad sin máscaras

En una parroquia del centro de Sao Paulo, misa y cena con algunos de los miles de personas que viven en la calle durante todo el año y que, delante de Dios, «no esconden lo que son»

A día de hoy son veinte mil las personas que viven en la calle en Sao Paulo, considerada una de las ciudades más ricas de Brasil. Es fácil ver un montón de gente que ha convertido la calle en su propia casa, que todos los días duerme debajo de puentes, en pórticos, parques… Muchos buscan comida y amistad en las parroquias, y eso ha transformado algunas iglesias, llenándolas de mendigos que participan en la misa, rezan, cenan. Como la parroquia central de Bom Jesus dos Passos, donde desde hace treinta años el párroco, ya nonagenario, celebra una misa para los sintecho y luego les invita a cenar. Algunos amigos del movimiento llevamos tiempo haciendo la caritativa preparándoles la comida, y así ha ido naciendo una amistad con la parroquia y con algunos pobres.

En Navidad, como cada año, recibimos la invitación a la misa y a la cena con los sintecho que van todas las semanas a la parroquia. La iglesia, con capacidad para unas cien personas, se llena de gente vestida con la misma ropa con que pide limosna y duerme en la calle, llevando en sus manos bolsas de basura cargadas con todas sus cosas. Nadie esconde lo que es.
Acuden sin máscaras para contemplar al Niño Jesús, para rezar, comer y dar gracias, y antes de que sea demasiado tarde se marchan para volver a la esquina de la calle donde duermen. Cuando se celebra la misa de Navidad con los pobres, es más fácil comprender que todos somos mendigos ante Dios. Pero aún es más sorprendente reconocer que el Misterio se hace mendigo necesitado de cada uno de los hombres.
Julián de la Morena, Sao Paulo (Brasil)