Cdo Sport de vacaciones en Fossombrone (Pesaro-Urbino)

Vacaciones. Más allá del resultado, lo que cuenta es una amistad

Entrenadores, deportistas, gerentes... Una "extraña" compañía nacida entre canchas, piscinas y pistas de atletismo. Solo unos pocos días juntos, pero suficiente «para saborear el gusto de la ternura de Dios»

Y ya van once. Después de Recco, Ischia, San Benedetto del Tronto, Rávena… Este año la cita de la Compañía de las Obras Sport era en Fossombrone, en la región de Las Marcas. Llegaron la noche del 27 de junio desde Lombardía, Liguria, Friuli, Toscana, Emilia-Romagna, Puglia, Lazio, “acogidos” por los amigos de Acqualagna, entre los que estaba Antonio, encargado de toda la organización.

Ya que verse durante el año es complicado, esta supone una de las pocas ocasiones de estar juntos y conocer a los nuevos. Parece un verdadero milagro que cada año haya alguien que se sume a esta “desordenada” compañía. Rolando, entrenador argentino trasladado a Italia, y Giovanni, coordinador del equipo juvenil de la Lazio, empezaron contando por qué hacen este trabajo, cómo se ponen delante de los niños, chavales y padres. Y explicando que, para que otros encuentren su deseo y su pasión, «hace falta vivirlos personalmente. Enseño a jugar al fútbol de la misma forma que me educo a mí mismo».

Hablan de destino y de"querer" al chaval que tienen delante. Lo que llegue a ser pasa también por lo que vive mientras juega. Y las relaciones sirven también para aprender a quererse más a sí mismos. Por eso hace falta mucho cuidado al hacer las cosas, y por esto son necesarias la pasión y el deseo. Lo que quedará no será el resultado, sino el método por el que ha llegado hasta allí, más allá de los triunfos y las derrotas. Gigio, entrenador de baloncesto en Viena, contaba cómo, al mirar a su hijo cuando juega, no le interesa que llegue a ser un campeón, le interesa más el recorrido, el camino que está haciendo.



Al día siguiente, marcha a Paso del Furlo con Roberto, que nos guía por una naturaleza que quita el aliento. Celebramos la misa en la Abadía de San Vicente y Bruno nos explica la historia. Eugenio Nembrini, que nos acompaña desde hace años, observa cómo las escaleras que llevan al altar se han ido reduciendo en los últimos escalones «para que solo pueda pasar una persona, es como si nos dijera que el camino es solo tuyo, para llegar a Dios hace falta tu sí, y solo tú puedes decirlo». Más tarde, nos acoge Paolo, cazador de trufas, que nos cuenta su pasión y su gusto por la vida, que lo ha llevado a trasladarse a la sierra que rodea su pueblo. En su casa nos espera Susanna, su mujer, que nos ha preparado la comida. Está también su amigo Luca, dueño de un viñedo allí cerca; y también Vittorio, que hace quesos y cada vez "inventa" un tipo nuevo. Una mesa rodeada de belleza, donde se habla de todo, también de amistad.

Por la noche, en el Teatro Conti de Acqualagna, conocemos a Luca, alcalde recién elegido del pueblo y ex compañero de fútbol de nuestro amigo Antonio. Proyectan un video con los testimonios de algunos de nosotros, sobre la semana en Uganda con el proyecto #Goal4Uganda en el colegio Luigi Giussani de Kampala. Vía satélite se conectan desde Uganda Matteo Severgnini y Andrea Nembrini, del colegio Luigi Giussani.

La excursión a Urbino, al día siguiente, fue otro momento muy bonito, con las explicaciones de Bruno y Emanuela, y a la hora de comer Valentino nos acogió en su bar del centro. También hubo tiempo para ir al río y saltar desde las rocas, entre risas en una compañía que marcará también la velada, con la guitarra de los amigos de Acqualagna, y la cena preparada por Franco.

Alida, de Novara, en la asamblea del domingo por la mañana, habló de la experiencia de la danza con personas con discapacidad y de un nuevo proyecto de actividad motriz con niños con problemas de conducta. Francesco, "Milo", profesor de Forlí, nos contó su año académico, las iniciativas con los chavales, los encuentros, los compañeros y el descubrimiento de que no se hacen las cosas para resaltar nuestras capacidades, sino para realizar algo más grande. También Luca, de Rávena, en la cooperativa social donde trabaja, a través del fútbol ha conseguido desbloquear el corazón de chavales dados por "perdidos" por los demás, partiendo siempre de su deseo de felicidad.

También intervino Giovanni, ex futbolista y con una gran pasión por las dos ruedas, originario de Acqualagna y ahora de misión en Etiopía, donde ha fundado, junto a otros, una sociedad deportiva para que los chavales africanos puedan participar en competiciones ciclistas. «Estoy aquí con vosotros casi por casualidad. Vivo en Etiopía. Y no he ido a África porque quería estar contento. Al contrario, me he ido porque ya lo estaba antes. Es justo esto: una velada como la de anoche es la expresión de gente así: contenta “ya antes”. Y ahora me interesa quedarme con vosotros».

Eugenio, retomando la carta de un ex gimnasta, obligado a dejarlo por un infortunio justo en el momento más alto de su carrera, comentó que el verdadero problema es «que lo que haga, lo que viva, incluso lo que coma... cada cosa tenga que ver con toda mi vida. Dentro de lo que uno hace, que emerja y crezca la pregunta: “¿Pero quién soy yo?”. Este grito lo llevamos dentro. Y aquí se entiende el valor de la compañía. Nuestra compañía es verdadera porque dura para siempre. Cualquiera de nosotros que haya vivido un solo momento verdadero, eso permanece toda la vida. Lo bonito que hemos encontrado ya no podemos dejar que se vaya. Nosotros somos esto». Oliviero resumió el pensamiento de todos: «¿Qué hay de tan extraordinario en quedar juntos? ¿Acaso no lo hacen todos?». Tal vez. «Pero verdaderamente merece la pena estar aquí para poder saborear el gusto de la ternura de Dios».
Francesca, Chiavari