Hacia las europeas. Una apertura incansable

Enseguida, Massimo lo etiquetó como "granuja". Pero Zacarías, invitado a ayudar en el almacén del Banco de Alimentos, lo desmiente. «Si no espero nada de la gente, ¿cómo construyo el bien común?»

Nunca como este año he pensado que no tenía ningún juicio personal ni nada que aprender acerca del tema de las elecciones. Sin embargo, hace unos días, escuchando las intervenciones de la Escuela de comunidad, recordé un episodio muy simple vivido unos días antes, aunque en aquel momento me había parecido insignificante. En la familia a la que llevo la caja, un hijo, Zacarías, se está mostrando bastante reacio a todo tipo de compromiso de estudio o de trabajo. La situación no es nada nueva y personalmente le había etiquetado ya como "granuja", sin posibilidad de cambio. Pero dos amigos del Banco de alimentos me pidieron contactar con él para proponerle un trabajo remunerado de unos días en el almacén del Banco. Llamé a Zacarías para proponérselo. Sin embargo, mientras buscaba entre los contactos del teléfono, me decía a mí mismo: «No va a aceptar, en absoluto, no tiene ganas de hacer nada. Es una pérdida de tiempo». En cambio, no solo aceptó, sino que ha trabajado con entusiasmo, nos dio las gracias él y lo mismo hizo su madre... Y –sorpresa final– dedicará tiempo de forma gratuita para terminar de ordenar el almacén. Un pequeño hecho que me asombró positivamente, pero nada más.

Anoche, en cambio, se me aclaró un poco más el significado de esto que había sucedido. «El desvanecimiento cada vez más notable del interés por la realidad» del que habla el manifiesto, no es ante todo un juicio sobre la sociedad, es un juicio sobre mí, sobre cómo yo suelo mirar la realidad: a Zacarías, a mi mujer y a mis hijos, a los amigos de toda la vida, a mi trabajo... A menudo sin esperar nada más de lo que yo creo saber ya.

Pero si miro la realidad y a las personas sin una incansable apertura no se alcanza un verdadero conocimiento, no puede producirse ninguna novedad, no existe un intento de construcción sólida... Creo que este juicio vale también para la acción política, pequeña o grande, para quien encuentra o saluda a su vecino y para quien se presenta como candidato para guiar Europa: si en el impacto con las personas y las situaciones, no espero nada (y estoy cerrado o asustado), ¿cómo puedo pensar en dar una contribución original a la vida común?
Massimo, Caravaggio (Bergamo)