Europa. ¿Qué hace que una empresa sea menos vulnerable?

A raíz del documento de CL sobre las elecciones europeas, un testimonio desde Portugal, sobre cómo, gracias a la fe, incluso alguien que gestiona un negocio puede vivir y superar las dificultades económicas

En el mundo de los negocios, hoy parece que todo es más importante que quien construye realmente las empresas: las personas. Soy director de una empresa y en el movimiento he aprendido que si la montamos sin mirar a las personas se vuelve quebradiza. Si existe algo que es bueno para la empresa y no para las personas, entonces no es bueno para la empresa. Si es bueno para las personas y no para la empresa, entonces no es bueno para las personas.

Cuando la crisis llegó a Portugal, en 2010, la confusión era muy grande. Entre la tentación de echar la culpa siempre a los demás y el desempleo que seguía creciendo, parecía que justo las personas eran "el problema" principal, en lugar de una oportunidad.

En mi empresa, la primera reacción no fue la queja, sino el intento de encontrar una forma de dar la vuelta a la tortilla, partiendo de la responsabilidad que teníamos de garantizar y crear trabajo, de crecer a nivel nacional e internacional y, con ello, ofrecer nuestra aportación al empleo.

La búsqueda de otros negocios en el extranjero implica viajar a menudo y dejar mujer y tres hijos pequeños en casa y, sin duda, esto es algo que sigue suponiendo un sacrificio. Pero, si uno tiene claro por qué lo hace, la fatiga se vuelve más leve.

Tomar conciencia del valor del trabajo como he aprendido en el movimiento y mirar a quien gestiona una empresa partiendo de su ser cristiano, siempre con una mirada positiva sobre lo que pasa, me ha permitido superar muchas dificultades.
Rodolfo, Lisboa