El Via Crucis en Vancouver

Vancouver. ¿Qué han visto?

La pequeña comunidad de la ciudad canadiense propuso el Via Crucis de Viernes Santo a amigos y conocidos fuera del movimiento. Al final, alguien pide poder formar parte de CL. Sin saber lo que es...

En los últimos tres años, en el Via Crucis de Vancouver, participa cada vez más gente, de 100 a 500 personas. Esto se debe, creo, a que, en un momento dado, quisimos que se convirtiera en un gesto público, por eso empezamos a circular la voz e involucrar a amigos y parroquias.

Con el paso de los años, ha crecido el deseo de prepararlo cuidando todos los detalles para que este gesto pudiera favorecer la memoria y la belleza, y que fuera una propuesta para todos, no solo para los del movimiento. Animados por este deseo, sobre todo dos amigos y yo, empezamos a organizarlo cuidando la elección de las lecturas, los cantos, la búsqueda de un recorrido que fuera atractivo, incluso el equipo de sonido. Lo bonito es que hemos involucrado a amigos y conocidos del entorno católico de la ciudad, sobre todo gente que va a la catedral donde hacemos la Escuela de comunidad.

Hemos conseguido la ayuda del sacerdote indio de la catedral, que ha aceptado acompañarnos sin titubear; el lector, que se adelantó preguntándome si podía leer; los del coro, que nunca habían cantado juntos y con los que ha nacido una amistad muy bonita, y que lo han hecho fenomenal.

El resultado ha sido un gesto de comunión, "patrocinado" por la archidiócesis de Vancouver. Yo estoy entusiasmado, no sé cómo explicarlo, y ¡el 90% de las personas no eran de CL! Viendo a toda esta gente, me daban ganas de abrazarlos y estar juntos en el camino, me habría gustado decirles: os lo ruego, ¡seamos amigos!



Una anécdota graciosa es que, al final, se nos acercaron para preguntar a qué parroquia pertenecíamos, y las personas a las que preguntaban, que no eran del movimiento, no sabían decir más que: “somos un grupo de amigos”. Dos chicas que cantaron en el coro, muy contentas por esta experiencia, expresaron su deseo de vernos más a menudo y de entrar en CL, sin saber siquiera qué es. Solo han visto algo en nuestra amistad que les fascina... a pesar de nuestra andrajosa apariencia.

No puedo más que alegrarme por estos signos que el Señor me pone delante y desear seguirlos pidiendo tener un corazón sencillo.
Miriam, Vancouver (Canadá)