Jóvenes peregrinos en Panamá

Panamá 2019. «Así esperamos al Papa Francisco»

Los preparativos, el deseo de verlo de cerca, la alegría de poder vivir la fe públicamente. Y una exposición para mostrar a todos a Gaudí. Tres relatos sobre lo que supone participar en la Jornada Mundial de la Juventud

¿Qué significa para mí la venida del Papa a Panamá para la JMJ? Concretamente podría responder a esta pregunta con una frase. Para mí es el Misterio de la preferencia. Es como asociar a Panamá con Jerusalén. Un país muy pequeño, con un mundo de limitaciones logísticas y muchas más, y sin embargo con un corazón gigante que bombea y que dice “sí” a cada instante. Viene el Papa, es decir, viene Jesús mismo a invitar al mundo entero a mirarle a Él, a seguirle, a enamorarse del Anuncio y de la concreta mirada de amor que Él mismo es.
Cuando se confirmó que venía la Jornada Mundial de la Juventud para Panamá no lo podía creer. Es allí donde se me empieza a hacer evidente el Misterio de su preferencia. Y también cómo es el mismo Espíritu el que une todas las piezas para que la sinfonía final sea bella. Que vengan a visitarnos amigos de todo el mundo, ver la alegría en los rostros de todos los que ayudan, las casas que abren sus puertas para la acogida. Pero no todo ha sido fácil desde el principio. También es ver la resistencia, el temor de quienes dicen que no, que no confían, quienes hablan mal y con quejas, quienes quieren de alguna manera sabotear una experiencia bella. De todo hay, por ello también me sorprendo a mí misma a cada instante revisando mi respuesta ante cada detalle. Tratando siempre de mantener una postura positiva, ante quienes vienen a mí, sea cual sea la actitud, el reclamo, la invitación o la pregunta.
Para mí ha movido muchas puertas, ha sido implicarme con amigos a ayudarles, en lo posible, a hacer realidad la llegada de la exposición “Gaudí, hijo de María”, para que todos los peregrinos del mundo puedan conocer a este gran artista, pero más que mirar al artista puedan mirar su amor por María y cómo una entrega a nuestra Madre puede marcar la diferencia. Es ella la que construye, la que inspira, la que hace. Nosotros somos simples seguidores. «Construir con piezas rotas», como hacía Gaudí, convencidos de que hay alguien que toma esas piezas y hace de ellas algo grande. También ha significado un continuo cambio de planes. Cuando empiezas entregada algo y de pronto te dicen: «bueno, ha sido suficiente, ahora te necesitamos en este otro lugar». El camino del Señor es así, misterioso, a cada instante puede cambiarte tus planes, porque quien está haciendo la Obra es Él, no tú. Es como decía Gaudí. «Yo pensaba que yo construía la Sagrada Familia, hasta que descubrí que la Sagrada Familia me construye a mí».
Por ello la JMJ es una invitación para mí, un reclamo a mí. Una invitación continua a agradecer en primer lugar que Jesús está. Luego, una continua petición, para que todo ocurra siguiendo un designio bueno y maravilloso. Que todo salga bien, que los jóvenes respondan y que yo pueda seguir respondiendo. La alegría de recibir a los amigos que también vienen a visitarnos, a compartir no solo la experiencia del Papa en Panamá sino a celebrar también una historia y una amistad compartida, y en mi país. Demasiada belleza.
Por eso pido, pido y no dejo de pedir no perderme nada del instante. Poder responderle, poder estar presente, viva y poder decir continuamente en primera persona el título que se ha asignado a esta Jornada Mundial de la Juventud, haciéndolo mío. «He aquí la esclava del señor, hágase en mí según tu palabra».
Marelisa, Panama


Panamá es el país que me ha visto crecer y desarrollarme hasta lo que he llegado a ser hoy en día. Es para mí dicha el saber que contaremos con la presencia de una de las figuras más admiradas de los últimos tiempos, el papa Francisco, quien con su sencillez y humildad nos muestra lo cerca que podemos llegar a estar de la gracia de Dios.
Sin duda me llena de emoción saber que seremos bendecidos de tenerlo tan cerquita, por lo que como joven espero que esta experiencia le brinde luz a cada una de las personas que formarán parte de esta jornada, ya sea de manera directa o indirecta, permitiéndoles visualizar ese gozo que debemos tener por el simple hecho de contar con el don de la vida. Nos esperan días de compartir en alegría y reflexión, lo cual nos permitirá tener una mejor visión de nuestro propósito en la tierra.
María Fernanda, Panamá


Para mí el encuentro con el Papa es una oportunidad de vivir mi fe en escala pública a nivel de estado de manera internacional, es cuando todo el país se une en un evento católico, donde en las plazas, los centros comerciales, los parques habrá muchos jóvenes viviendo y expresando su fe cristiana abiertamente.
Es motivo de orgullo tener un Papa, una cabeza visible que ha sido continuo por dos mil años, hoy el papa Francisco, que es el 266º, nos visita y es un orgullo decir que si la Iglesia está hoy en pie es porque el Espíritu Santo es quien la guía. Recibir al Papa es recibir a Cristo, me siento escogida, llamada y amada por Dios en esta visita aunque sé que no lo veré de cerca.
Es una gran oportunidad mirar a Cristo en cada uno de estos peregrinos, compartir mi fe, dar casa a quien no tiene dónde dormir, amarle al darle una dirección y ver que aunque somos distintos por el idioma, a pesar de todas nuestras diferencias, compartimos este mismo amor que sobrepasa y une cualquier diferencia.
La Jornada Mundial de la Juventud es también una oportunidad para que otras personas que no lo conocen, vean lo que es la fe, la alegría de seguir a Cristo, y que es para los jóvenes de cualquier edad.
Aillen, Panamá