Vacaciones de GS en San Martino de Castrozza

Vacaciones. ¿Quién eres tú que haces todo esto para mí?

Un encuentro sobre música rap e indie, una representación teatral, excursiones y asamblea… Para un grupo de bachilleres de Italia y Paraguay, todo se convierte en el descubrimiento de algo nuevo. Algo que «podemos seguir buscando allí donde vayamos»

«Este año he conocido mejor a mis compañeros de clase. Me encontraba a gusto con ellos, pero sentía dentro de mí una extraña tristeza… Tenía una hermosa compañía, sí, pero no me bastaba, siempre me faltaba algo. Y así he llegado a las vacaciones, ¿qué me falta?». Con esta pregunta de Elisa empezaron las vacaciones de bachilleres de Monza y Brianza en las que participó también un grupo de Paraguay, bajo el lema “Una fiebre de vida”, con 230 personas, entre bachilleres y adultos, del 6 al 10 de julio.

La belleza de las montañas saltaba a la vista, como diciéndonos que «antes que nuestros pensamientos está la realidad. Bastaría con elevar los ojos al cielo cada mañana para darnos cuenta». Y es que esos días juntos entre juegos, cantos, excursiones, intensas conversaciones, fueron un continuo reclamo a mirar. «Al principio no quería venir porque tenía otros planes, pero estos días me han abierto los ojos», cuenta Matilde, de primer año, en un momento de trabajo en grupo.

Las historias se sucedían sin cesar: un reclamo, un hecho, un encuentro, hacía descubrir de pronto algo nuevo para mí. El encuentro sobre músicos de rap e indie y la sorpresa de descubrir en ellos el deseo de verdad que nos une; la dramatización de La anunciación a María, puesta en escena una noche por un grupo de chavales. «Qué curioso, profe», decía Marta, una de las protagonistas. «En el fondo, el problema de Mara y Violaine es el mismo que yo tengo con mis amigos: o te quedas encerrado en tus esquemas, y entonces la vida se vuelve amarga, o vives abierto al Misterio, y entonces la vida halla un cumplimiento inesperado».

Como trasfondo, siempre la insistente pregunta que nos acompaña desde el Triduo Pascual, «¿quién eres Tú que llenas mi corazón de tu ausencia?». ¿Quién eres Tú? Florencia, de Paraguay, lanza esta pregunta en alto durante la asamblea, contando su experiencia en la excursión. No podía hacerla con todos por una dolencia en la pierna, así que un grupo de “enfermos” hizo una visita en teleférico al refugio Rosetta y para ella se abrió un mundo. «Lo “ya sabido” me deja triste, pero en el Rosetta pude tocar la nieve por primera vez en mi vida. Allí descubrí que hay un plan más grande para mí, y me pregunté: ¿quién eres Tú que haces todo esto para mí?».

Los rasgos de este Tú empezaron a hacerse cada vez más evidentes con el paso de las jornadas. Una presencia capaz de tomarte en serio hasta el fondo, sin censurar ni olvidar nada. Una presencia por la que el artista Marco Cirnigliaro, profesor en el liceo artístico del Sacro Cuore, llegó a decir: «La belleza puede encontrarse hasta en las cosas más sombrías». Masha estaba escuchándole con los ojos como platos mientras él hablaba de su vida, de la belleza y del dolor cuando murió su mujer, y de cómo él nunca se ha sentido solo. Escuchar su testimonio le iluminó la cara y decía: «Vine sin esperar nada, pero traía una pregunta punzante, ¿la felicidad se podrá mantener en el dolor? Luego llegó testimonio de Cirni y cómo me miró. Se notaba que era la mirada de Otro. He encontrado así la respuesta a la pregunta que llevaba dentro (la misma que ya le angustiaba en el Triduo, a la que el padre Pigi llegó a referirse en la Jornada de fin de curso de los bachilleres de Lombardía). ¡Soy preferida!». La última intervención en la intensa asamblea final fue la de María. En su lugar, tomó la palabra el video que hizo con los rostros más llamativos de las vacaciones –todos preciosos– incrustados con una frase de Andrea Mandelli tomada de su libro Ti regalo la mia molla. «Yo me pregunto cuánto, pero cuánto nos sirve esta compañía para amar verdaderamente a Cristo […] A Cristo no le he visto nunca, no tengo ninguna fotografía suya, nunca le he oído hablar directamente, pero solo el hecho de que yo me pregunte cuánto amas a Cristo significa que en esta compañía existe, […] realmente existen personas que me han hecho encontrarle».

Por eso podemos seguir buscándolo allí donde vayamos este verano.
Stefano, Monza y Brianza