Una asamblea en las vacaciones de Angra dos Reis

Brasil. Luisa y el youtuber

A las vacaciones de CL, con dos hijas de siete y cuatro años. A la vuelta, un debate con la mayor: «¿Por qué no puedo ver en internet lo que ven todos?». Un diálogo sorprendente que nace de estos días de convivencia

Este mes he participado a las vacaciones de CL de mi región con mi familia, en Angra dos Reis. Fuimos mi marido, mis dos hijas, de siete y cuatro años, y yo. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la libertad y la alegría con que mis hijas se relacionaban con nuestros amigos de toda la vida y con los nuevos que íbamos conociendo. Con gran sencillez y apertura se apuntaron a cada iniciativa y se implicaron en las propuestas, y eso ha llenado mi corazón. Sin embargo, de vuelta a casa, tuvimos una conversación que para mí supuso un verdadero descubrimiento.

Hablaban de un youtuber famoso entre los más jóvenes, que ellas no siguen porque no nos parece apropiado. Es un tema que las niñas sacan a menudo, porque quieren entender la razón por la que lo hacemos, ya que muchos de sus amigos hablan de él. En un momento dado, Luisa, la de siete años, me dice: «Mamá, es como dijo Bracco (responsable de CL en Brasil, ndr), ser libre no significa hacer lo que más te apetezca. Este youtuber hace todo lo que le apetece, sin embargo su libertad es errónea, no es buena».

Me quedé muy sorprendida, en primer lugar porque no me imaginaba que Luisa hubiese escuchado y se hubiese quedado con lo que se decía en el salón. Pensaba que “solo” estaba jugando. En realidad, yo estaba ya muy contenta por verlas divertirse con sus amigos, que son como una familia para nosotros. La segunda sorpresa fue darme cuenta de que lo que ella estaba viviendo con nosotros era algo mucho más grande, infinitamente más grande, que la hermosa compañía de nuestros amigos. Está siendo educada, su sentido religioso está siendo educado de la forma más amorosa posible, sin que tenga que decirle nada, sin la necesidad de implicarme directamente, en el sentido de pedirle que se siente y escuche. Me he dado cuenta de que Luisa está haciendo su camino con el Señor dentro de la misma compañía en la que yo estoy haciendo el mío. Este camino es parte de ella, hasta el punto de tener esa claridad para juzgar algo de la realidad que vive, como es la actitud de un youtuber.

No puedo olvidar cuando, hace dos años, durante las vacaciones de CL en São Paulo, Bracco nos dijo que la mejor forma en que una madre puede cuidar de sus hijos es mirar su destino sin obstaculizarles o protegerles de manera asfixiante. Para mí, aquel fue un punto de inflexión en mi vida, fue como abrirme a muchas cosas. Y ahora, mirando a Luisa, que con siete años escucha y juzga estas cosas, entiendo perfectamente lo que él nos dijo en esa ocasión. Cuanto más me lanzo yo, más me siguen ellas. Me siento inmensamente agradecida por estos días, por estos amigos y por el “caos” que provocan en nuestra vida.
Fernanda, São Bernardo do Campo (Brasil)