El pianista Marcelo Cesena.

Una compañera de camino en Sudán

Un concierto de Marcelo Cesena dedicado a una nueva compañera de camino, Meriam Ibrahim, una mujer en Sudán que testimonia a todo el mundo que solo Jesús puede hacer feliz y libre el corazón del hombre

Todo empezó cuando un amigo de la familia nos trajo un CD de Marcelo Cesena, pianista brasileño que vive en Los Ángeles y que se reencontró con el movimiento hace unos años. Al oír su música me di cuenta de que la belleza que percibía se debía al hecho de que era capaz de describir mi propia experiencia, me describía a mí. Cuando me enteré de que iba a actuar en Italia, fui a verle y me llevé a todos mis amigos. Allí descubrí que para él la música era la ocasión de conocerse mejor a sí mismo y su propio corazón.
Deseé entonces que pudiera ser así también para mí y para todos mis amigos. Nació en mí el deseo de que todos pudieran encontrar lo mismo que me había fascinado, y así decidimos hacer un concierto con Marcelo. Inmediatamente nos dijo que sí, y como por aquel entonces estábamos conmovidos por el testimonio de Meriam Ibrahim (una mujer de Sudán acusada de adulterio y apostasía por ser cristiana y que, al ser llamada por los jueces para que renegara de su fe, respondió que nunca lo haría, a pesar de la pena de muerte y la entrega de sus hijos a una familia musulmana), decidimos dedicarle a ella aquel concierto.

La actuación salió bien, hubo mucha gente y comprendí mejor cuál es la naturaleza de nuestra amistad: la envidia y la gratitud por la belleza de nuestra vida, por poder gustar de la vida, y por una lealtad irreductible al seguir lo que corresponde verdaderamente al deseo de nuestro corazón. Me encontré con personas que me hicieron volver a descubrir lo que yo ya tenía delante de mis ojos: el estudio, por ejemplo, era algo insostenible; ahora no es que no me cueste pero he descubierto la belleza, igual que con la música, que ya me gustaba antes, pero que ahora se ha convertido en una ocasión de sorpresa y de crecimiento.

No todos los que me ayudaron a preparar la velada (desde el servicio de orden a los que vendían los CD, o mi amigo Marco que presentó conmigo la velada a los adultos a los que pedimos colaboración) eran amigos míos, ni siquiera todos me caían simpáticos, pero ahora les siento más que amigos: compañeros de camino. Al día siguiente supimos que durante nuestro concierto había nacido Maya, la segunda hija de Meriam. Escribimos a una asociación que está siguiendo el proceso y nos respondieron diciendo que podrían hacerle llegar una carta nuestra. Es esta:

«Queridísima Meriam Ibrahim, somos un grupo de jóvenes de Gioventù Studentesca, un movimiento católico de educación en la fe para alumnos de secundaria y bachillerato. Tu testimonio nos ha impresionado muchísimo y ha despertado en nosotros la pregunta: “¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Tenemos un tesoro del que nuestro corazón no se separa, que nos libera de cualquier tipo de poder?”. Por eso organizamos un concierto de piano con Marcelo Cesena, pianista brasileño de fama internacional, en Monza, nuestra ciudad, y te lo hemos dedicado a ti, que con tu fe nos has testimoniado que solo Jesús puede hacer feliz y libre al corazón del hombre. Lo que tú has hecho, tu sacrificio, ha movido el corazón de otros hombres, ha movido nuestro corazón. Por eso te sentimos amiga, porque nos has vuelto a recordar que nuestro corazón es irreductible y busca a Dios. No te olvidamos, rezamos por ti y por tu familia. Esperamos que pronto puedas volver a casa con tu marido y tus hijos. Un abrazo. Los chicos de GS de Monza».

Giuseppe, Monza