“Yo soy Tú que me haces”

«Que lo más verdadero de mí mismo es que dependo constantemente de Aquel que me hace». La experiencia de un niño de 15 años.

Alberto es un alumno alegre, brillante y muy buen chico, tiene 15 años. Seguidor del Real Madrid. Aparece en clase con una parálisis facial que le deforma la cara y le molesta. Los compañeros le gastan algunas bromas sin mayor trascendencia. El médico lo ha tranquilizado porque se irá sola en un par de semanas con la ayuda de alguna medicación. Sin embargo ha pasado un mes y el chico está igual; comienza la rehabilitación de la cara. Al cabo de meses, cuando se ve que la rehabilitación no ha dado ningún resultado, los médicos temen que la cosa sea mucho más seria de lo que se pensaba, así que deciden hacer un estudio en profundidad advirtiendo de la posible gravedad de la situación.

Alberto me cuenta las últimas novedades. «¿Qué se puede hacer?», le pregunto para iniciar la conversación. Está triste y casi no habla. «Tú siempre estás atento en clase, te las tienes que saber de memoria, ¿cuál es la actividad original del ser humano?» Me responde sin dudar: «Reconocer y recibir» (la palabra “constatar” le es más extraña). «No está nada mal la respuesta, reconocer que la vida es dada; por eso te propongo —continúo yo— que pidamos juntos que la vida continúe ahora y para siempre». Saco de mi bolsillo una estampa con la oración de don Giussani. «Este hombre es el que nos ha enseñado a Jesús, todo lo que estudiamos en clase, vamos a pedir a Dios tu curación a través de su intercesión todos los días».

Al día siguiente Alberto está distinto, más alegre. Le pregunto si ha pedido. «¡Sí, profe, anoche!, ¡y esta mañana el ojo ya estaba bien». Efectivamente casi no se aprecia el párpado caído. Días después los estudios médicos concluyen que no hay una causa grave en la parálisis de Alberto. Él sigue pidiendo todas las noches la intercesión de don Gius, incluso cuando una noche no ha tenido a mano la estampa la ha encontrado en internet. La parálisis ha desaparecido.

En clase con todos los alumnos. Alberto explica todo lo que ha sucedido en estos meses. «¿Y qué has aprendido de todo esto?». Alberto: «Que lo más verdadero de mí mismo es que dependo constantemente de Aquel que me hace». “Yo soy Tú que me haces”, es la experiencia más verdadera que hoy ya pueden hacer mis alumnos.

Andrés Bello