Dos testimonios

Con ocasión del reparto del documento sobre la crisis un grupo de CL se reúne a comentarlo e invita a los amigos que, de alguna forma, pueden estar interesados. Así crece la certeza de que la realidad, en cuanto que existe, es buena

No sabíamos si el encuentro podría resultar atractivo, de tal forma que desconocíamos el número de personas que podían acudir a la invitación. Y como en tantas ocasiones, de nuevo sucedió lo imprevisto, no sólo porque nos reunimos 15 personas, muchas de ellas que no pertenecen a CL, sino sobre todo porque todas ellas pusieron delante de las otras las dificultades económicas y de trabajo en las que se encuentran. Estas personas no escondían nada de la realidad y llegaron incluso a poner ante todos los que estábamos reunidos las dificultades familiares que conllevan las económicas… Pero lo que realmente me conmovió fue que, pese a la dureza que podían presentar alguna de estas situaciones, no se escuchó ninguna queja, sino que todos ellos constataban que incluso con todo esto la realidad era positiva, porque no se agota en las dificultades. Estaban aprendiendo a disfrutar mucho más de lo que tenían delante porque ya no daban nada por descontado. Por ejemplo, el poder estar más tiempo con su mujer y sus hijos… El trabajo se ha convertido, en algunos casos, en algo más creativo e interesante, tanto que en algunos casos se ha abierto incluso la posibilidad de crear puestos de trabajo. Para muchas de estas personas la realidad era en sí misma positiva, no necesitaban añadir nada, aunque el deseo de tener un trabajo mejor persistiese, y se ha convertido en una ocasión para dar un paso y mirar las cosas con mayor profundidad, como una presencia. Todos salimos de ese encuentro profundamente conmovidos y agradecidos. Pido al Señor reconocer que en el origen de la realidad que todos los días tengo delante existe Alguien que ya la ha hecho positiva.
Fuen

Al volver a casa esa noche estaba sorprendido y agradecido. El amigo que vino conmigo, que he conocido hace poco jugando al futbol, me agradeció varias veces la invitación. Pienso que le parecía bastante más excepcional que a mí lo que allí había ocurrido. Y ¿qué ocurrió? Que personas de diferente procedencia y condición, todas muy exigidas por las circunstancias actuales, testimoniaban, cada una a su modo, que la afirmación del manifiesto sobre la positividad de la realidad era un hecho en sus vidas.
Todos, algunos muy doloridos y preocupados por ciertos problemas, que se afanan diariamente en dar solución, manifestaban que lo más evidente de estos últimos meses o años está siendo el crecimiento de su persona. Decían ser más ellos mimos. La situación de crisis, dificultad e incertidumbre nos está permitiendo sacar a flote lo más propiamente nuestro, toda la trama de deseos y exigencias propias de cada uno. Y es este “yo“ más consciente el elemento de construcción y creatividad, que buscar dar soluciones, mejorar las diferentes situaciones que se nos presentan, con menos miedo, más seguros, porque empieza a entender que todo es para el propio bien.
El otro elemento común fue que también todos, cada uno procedente un entorno y con una historia personal diferente, señalaban como determinante durante este tiempo su pertenencia a la Iglesia (ya sea CL, la parroquia o algún otro movimiento), a una realidad de pueblo. El documento sobre la crisis me está ayudando a revisar mi experiencia y tomar conciencia de que las circunstancias que tengo, en particular aquellas que tienen que ver con el enorme sacrificio del trabajo, están siendo la condición que me permiten ser hoy más yo, preguntarme y entender mejor quién soy yo, qué es este deseo último que se identifica más con la conciencia que tengo de mi mismo, tener una mayor conciencia de necesidad, hacerme más evidente que no me basto a mí mismo. Que antes de ejercer un influjo de un tipo u otro sobre mi ánimo las cosas son, están.
Puede que muchos días me queje y viva como aplastado y que aborrezca las circunstancias. Incluso que me resista a poder llegar a considerarlas positivas. Pero ninguna queja o resistencia, si miro con seriedad mi experiencia, puede eliminar el hecho de que están suponiendo un bien. Y lo sé porque esta trama de anhelos y deseos que más me definen son más claros y más vivos, no sucumben al escepticismo y a la erosión que habitualmente provoca el transcurrir de la vida. Yo estoy más vivo, soy más yo. Lo considero la forma más concreta que tengo para expresar lo que es un milagro. Y ningún error, inconsistencia, miedo u olvido que pueda tener lo cambia. Es un hecho. Soy más yo. La sencilla iniciativa de juntarnos la otra noche me ha permitido tener más certeza de todo esto. La última consecuencia ha sido volvernos más amigos, que nuestra amistad esté determinada por el reconocimiento de tener el mismo deseo y la misma necesidad.

Antonio