Un don para nosotros
Destaco la alegría en la plaza de San Pedro cuando se ha visto la fumata blanca. En otras categorías de la vida, como en política, lo normal es que cada uno se alegre de que haya salido su candidato. En este caso, ha habido júbilo por el mero hecho de saber que teníamos Papa. La conciencia del pueblo cristiano es que el Papa, sea quien sea, es un don para nosotros. Y por tanto, un motivo de enorme satisfacción.
Cuando ha aparecido Francisco I, inmediatamente ha puesto delante del mundo la fe al rezar. Estaban pendientes todas las televisiones del planeta y, en lugar de describir emociones o pronunciar palabras de agradecimiento, ha preferido apelar al gran factor de la historia del cristianismo que es Cristo rezando. El gran pastor de la Iglesia que es Dios y su hijo rezando.
Cabe destacar la manera en la que se ha dirigido a la Ciudad Eterna como obispo de Roma, momento en el que ha subrayado que él ha sido elegido como el pastor de la Iglesia de Roma que preside el resto de las iglesias. Esto es importante, porque el papado debe entenderse como el obispo de Roma que preside en comunión a todas las iglesias.