Mensaje de Julián Carrón al término del Triduo Pascual de GS

Julián Carrón

Nunca como ahora sentís vibrar en vosotros
todo el deseo de felicidad que os constituye.
Hasta el punto que vosotros mismos os sorprendéis.
«Naturaleza humana, si eres tan frágil y vil en todo,
si eres polvo y sombra, ¿cómo tan alto sientes?»,
se maravillaba Leopardi.
Es tan grande la exigencia de nuestro corazón
que a veces nos quedamos desconcertados.
Nada nos da paz.
Nada parece estar a la altura de nuestros deseos.
¡Qué ternura hacia nosotros mismos necesitamos para no desertar de nuestro corazón!
Quien no se rinde, antes o después, entenderá por qué valía la pena:
para descubrir el atractivo de Cristo.
Mi deseo es que pueda encontrar en vosotros cada vez más amigos que,
como el décimo leproso,
no se contentan de nada menos que de Su presencia,
de Su amistad.

Vuestro compañero de camino hacia el destino
Julián