Don Giussani reconocido por la Santa Sede fundador de una orden religiosa femenina
Don Luigi Giussani, el fundador de Comunión y Liberación que murió hace un año, también ha sido reconocido también fundador de una congregación religiosa femenina, las Hermanas de Caridad de la Asunción. Lo comunica la superiora general del Instituto, constituido con Decreto pontificio el 29 de Junio de 1993, sor Gelsomina Angrisano:
«Comunico con grande gratitud y alegría que el 17 de Enero 2006 la Santa Sede, tras nuestra petición, reconoció a don Luigi Giussani fundador de las Hermanas de Caridad de la Asunción junto al padre Stefano Pernet. Un reconocimiento fruto de los cuarenta años de amistad, increíblemente humilde y gratuita, que don Giussani ha tenido con nosotros. En esta historia que, por misterioso diseño de Dios, ha sido larga, nos hemos dado cuenta de que todos los aspectos de nuestra vida religiosa – cuyo camino de fe, esperanza y caridad fue indicado por padre Pernet a mitad del siglo XIX – se valorizaban y vivificaban por el carisma de don Giussani. Las palabras de Juan Pablo II en el Congreso mundial de los Movimientos eclesiales (27 de Mayo de 1998) parecen describir de forma admirable la actitud de don Giussani frente a cualquier realidad eclesial y el aspecto de su personalidad cristiana que lo convierte en vivificador y renovador de otros carismas: “La originalidad propia del carisma que da vida a un movimiento (…) constituye una ayuda potente, un reclamo sugestivo y convincente a vivir plenamente, con inteligencia y creatividad, la experiencia cristiana”, cada uno en el lugar al que pertenece por vocación».
El Instituto religioso de las Hermanas de Caridad de la Asunción se erigió en 1993, con Decreto pontificio, come Instituto autónomo separado del de las Pequeñas Hermanas de la Asunción, en el cual, desde los años sesenta, habían entrado numerosas jóvenes procedentes de Cl. Don Giussani le había sorprendido la sencillez y la caridad que aquellas hermanas vivían y había reconocido una sintonía con su forma de entender y vivir la vida cristiana, de forma que había dirigido hacia esa experiencia las vocaciones que surgían en su movimiento más sensibles al aspecto de la caridad. Las visicitudes eclesiales del post-Concilio condujeron a una progresiva diferenciación, que culmina con el nacimiento de una nueva familia religiosa, que ha encontrado en don Giussani la guía para vivir hoy el carisma del fundador, padre Stefano Pernet, que vivió en Francia en el siglo XIX. Impresionado por la miseria material y moral en la que se encontraban las familias obreras y por su lejanía de la Iglesia, padre Pernet dio vida a una obra en la que mujeres consagradas se ponían al servicio de la familia, compartiendo las necesidades concretas mediante la atención a los enfermos y el servicio doméstico, testimoniando así el amor de Cristo presente en la Iglesia y despertando la fe a través de la caridad. Era desde el primer momento una obra apostólica, que tendía, como decía el fundador, a «rehacer un pueblo a Dios». Las Hermanas de Caridad de la Asunción continúan hoy la misma misión, teniendo en cuenta los cambios de la sociedad que a menudo hacen necesario introducirse, con una fisonomía propia, en la red de servicios de los Entes Locales. Su obra se dirige a la familia. Mediante un trabajo a domicilio de asistencia a los enfermos, a los niños con dificultades, a los ancianos, teniendo siempre presente la dignidad de la persona, digna de estima por el único hecho de existir. Nace de esta forma la aventura fascinante del compartir, en la que se valoriza al hombre porque es querido y amado por Dios y su historia tiene sentido porque tiene un destino de esperanza. Hoy el Instituto está constituido por un centenar de hermanas. El itinerario de formación, respetando con fidelidad las características propias de la vida religiosa, sigue de cerca, como métodos y contenidos, el de los Memores Domini , reconociendo en ellos la riqueza que el carisma de don Giussani ofrece para la experiencia de virginidad. Las hermanas están presentes en Milán, Turín, Trieste, Roma, Nápoles y Córdoba (España).