Amanece en Pellestrina tras las inundaciones del 12 de noviembre de 2019.

Cuando Pellestrina se vio inundada por una marea de amigos

Hace un año, el “agua alta” causó una catástrofe en la isla situada en la laguna veneciana. Ahora, los amigos de la comunidad local cuentan todo lo que pasó después. Y su gratitud por todo lo que sus ojos han visto

Somos un grupo de amigos de Pellestrina, una isla situada frente a Chioggia, en la Laguna de Venecia. Hace exactamente un año, el 12 de noviembre de 2019, todo el litoral veneciano se vio sacudido por unas inundaciones devastadoras. Nuestra isla especialmente, entre la laguna y el Adriático, fue bañada por una serie de marejadas que invadieron nuestras calles y nuestras casas, destruyéndolo todo.

Entre muebles, muros y pavimento en ruinas por el efecto del agua, vimos emerger en muchos de nuestros vecinos una gran pregunta por el significado de todo lo que estábamos viviendo, y al mismo tiempo pudimos ver, en nosotros y en muchos amigos, qué quiere decir “una humanidad cambiada por la victoria de Cristo”, incluso en las circunstancias más dramáticas.

Ahora no escribimos para recordar aquellos momentos tan difíciles sino para mostrar nuestra gratitud por toda la solidaridad, no solo material, que desde el primer momento recibimos, especialmente por parte de tantos amigos y asociaciones vinculadas al movimiento.

Hemos visto a un pueblo movilizarse para ayudarnos y eso ha dejado una huella indeleble en nuestros corazones y en el de nuestros paisanos.

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Nuestra intención, ahora, es poder dar las gracias a toda esa gente. Nos hubiera gustado poder organizar una gran fiesta en nuestra isla para invitar a todos los que nos ayudaron, pero el Covid no lo permite. Sin embargo, eso no ha apagado nuestro deseo. Por eso, con motivo del primer aniversario del “agua alta”, hemos pensado ordenar y recoger los muchísimos mensajes que recibimos en una especie de librito que cuenta nuestra historia, que es como una fotografía de cómo el Misterio permite vivir de manera carnal la palabra amistad, incluso con gente a la que nunca hemos visto ni oído. Son cartas y textos de gente que ha donado y de gente que ha recibido, todos ellos sorprendidos por la belleza de lo que ha sucedido en una circunstancia tan dramática. En definitiva, testimonios de “esperanza”, lo que más necesitamos y lo que nos permite volver a levantar la mirada delante de algo imprevisto.
Nane y la comunidad de CL en Pellestrina (Venecia)