El Papa en Indonesia. Una Iglesia que une
Una visita diplomática y apostólica al mismo tiempo, donde emergen dos palabras clave: diálogo y reconciliación. Un sacerdote de la comunidad indonesia de CL comenta el viaje de Francisco a Asia y OceaníaEl 2 de septiembre el papa Francisco salió de Roma con rumbo a Yakarta, en Indonesia, donde estará hasta el viernes 6. Es la primera etapa del viaje más largo de su pontificado. Todo el pueblo indonesio, no solo los católicos, lo ha recibido entusiasmado.
Cuando estuve estudiando en Roma, de 2016 a 2023, pude encontrarme personalmente con el Santo Padre dos veces. Fue una experiencia impresionante. Imagino que así será la alegría que sienten mis hermanos y hermanas indonesios. Me gustaría estar con ellos, pero varios compromisos en Italia me obligan a este sacrificio. Como no puedo estar allí, intento participar de esa alegría compartiendo estas líneas para mostrar que esta es la visita diplomática de un jefe de Estado y al mismo tiempo la visita pastoral de la máxima autoridad de los católicos del mundo entero.
Indonesia se independizó el 17 de agosto de 1945. El Vaticano fue el primer país “europeo” en reconocer su independencia. A este apoyo le siguió el establecimiento de una nunciatura apostólica en Yakarta desde el 6 de julio de 1947, hecho que aceleró el reconocimiento internacional de Indonesia, condición fundamental para la existencia de un país. De modo que la visita del Papa –Francisco es el tercer pontífice que viaja a este país, después de Pablo VI (1970) y Juan Pablo II (1989)– afianza aún más las relaciones bilaterales entre ambos estados.
Desde el punto de vista de la diplomacia internacional, es interesante señalar que la Santa Sede y el Gobierno indonesio están en la misma longitud de onda en la búsqueda del diálogo y la reconciliación. Esta visita resulta aún más importante a la luz de los próximos acontecimientos en la guía de un país que siempre ha promovido una política exterior libre y activa, que el nuevo curso –que estará guiado por el recién elegido Prabowo Subianto– debería mantenerse. Esta mirada hacia el diálogo y la reconciliación refleja el ADN indonesio, es algo que forma parte de su historia, su seña de identidad. Es el espíritu del que nace el lema nacional, “Bhinneka Tunggal Ika” (unidad en la diversidad). Más de 1.300 tribus, cada una con 500 grupos de diferentes etnias y lenguas, con seis religiones principales (islam, confucianismo, budismo, hinduismo, catolicismo y otras profesiones cristianas) y diversas creencias indígenas vinculadas al ámbito tribal, con todas las diferencias culturales que acompañan la vida en las 17.000 islas que conforman el país… Con todo esto, ¿cómo vivir juntos en una casa llamada Indonesia, tal como la vemos hoy?
Sigue el viaje del Papa a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur
El pasado 20 de julio, en un debate celebrado en un instituto de estudios fundado por varios jóvenes pensadores islámicos, dije que el Papa iba a Indonesia porque él también la necesita. La esperanza de la paz en el mundo, la construcción de la fraternidad, solo puede llevarse a cabo mediante la unión de las fuerzas de todos los hombres y mujeres de buena voluntad en todas las naciones.
Este viaje también es una visita apostólica. El Papa va a Indonesia para encontrarse con los católicos, un pequeño rebaño formado por casi 10 millones de personas, el 3% de la población. Francisco deseaba ir a Indonesia hace mucho tiempo. El 25 de diciembre de 2019, con motivo de una audiencia con periodistas, me expresó ese deseo. El entonces director de la Sala Stampa vaticana, que estaba a su lado, le señaló que antes había que prepararlo todo bien, pero él insistió: «Sí, lo hablaremos, pero tengo intención de ir a Indonesia para visitar también Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur». Tal como está sucediendo estos días.
Creo que el Papa sabe muy bien que la Iglesia indonesia tiene una experiencia única en el desarrollo de la fraternidad dentro de un pluralismo. Como nación, tiene suficiente bagaje cultural como para ofrecer una esperanza. El espíritu del “Bhinneka Tunggal Ika”, la conciencia de que existe Uno que une a todos más allá de la diversidad, muestra a un país único, un auténtico taller donde aprender –viviendo, no estudiando teorías o documentos– y practicar la convivencia en el diálogo y la armonía.
De este modo, el catolicismo indonesio adquiere un significado especial en la obra misionera de la Iglesia. De hecho, se trata del país de mayoría musulmana más poblado del mundo, pero al mismo tiempo es un terreno fértil para las vocaciones religiosas. Hay hijos e hijas de la Iglesia indonesia viviendo como misioneros en más de 40 países del mundo.
Yo mismo provengo de Nusa Tenggara Orientale (NTT), la provincia más meridional de Indonesia, donde viven más de tres millones de católicos. Doy clase en el Seminario Superior Interdiocesano de la ciudad de Kupang, capital de la provincia, donde estudian 300 seminaristas. La gente suele decir que las siglas NTT corresponden a la abreviatura de “Nanti Tuhan Tolong” (Dios proveerá), puesto que se trata de una de las provincias más pobres del país. Precisamente por eso, muchos católicos no han podido ir a recibir a Francisco en Yakarta. Los que puedan, lo esperarán en Timor Oriental, que está más cerca y es más económico.
La gran esperanza de los fieles indonesios es que esta visita nos anime a vivir la fe en todas las situaciones de la vida, incluidas las dificultades económicas, que anime a la Iglesia indonesia para que crezca y se haga más fraternal y compasiva, como forma de auténtica misión. Con gran alegría y esperanza, ¡bienvenido, papa Francisco!
*Sacerdote y miembro de la comunidad de CL en Kupang, Indonesia