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New York Encounter. El golpe de la realidad

El 12 de febrero vuelve la cita de la Gran Manzana. La última edición ya resultó profética, “Cruzando barreras”. En un país cada vez más dividido y herido por la pandemia, el intento de mostrar una vida distinta. Entrevista con Riro Maniscalco
Davide Perillo

«Efectivamente, también hemos comentado, en tono de broma pero no demasiado, que podíamos retomar el lema del año pasado, tal cual. Ahora resulta incluso más actual». Es verdad. En la América de los primeros pasos de Biden y del doble impeachment a Trump, de la campaña electoral más dividida y de los versos de Amanda Gorman sobre una «nación incompleta», aquel “Cruzando barreras” que sirvió de lema al New York Encounter 2020 suena profético. Ya entonces era fácil ver que la mayor urgencia era rehacer vínculos, que el año en vísperas del voto solo ahondaría la ruptura oculta en tantas familias bajo la costra estatal: ricos y pobres, republicanos y demócratas, Black Lives Matter y QAnon, y los miles de bandos de una sociedad a la que le cuesta recuperar puntos de cohesión. Lo que era imposible prever era el Covid, que asomó justo en los días siguientes a aquel Encounter y que sigue costando mucho contener un año después. Hasta el punto de que la edición de 2021 de este evento neoyorquino no estaba nada clara. «Pero, gracias a Dios, sale adelante», afirma Riro Maniscalco, su presidente. Empieza el 12 de febrero, con un fin de semana más ágil que lo habitual, naturalmente online (el programa está disponible en www.newyorkencounter.org ), y con un lema que todos podemos identificar en nuestra propia piel estos meses: “When Reality Hits”, cuando la realidad golpea.

¿Cómo decidís llevarlo a cabo igualmente?
En el grupo organizador siempre hemos tenido ese deseo. Y eso ya es una gracia que no podemos dar por descontado. Pero, con todo lo que ha pasado este año, a ese deseo se sumó una sensación de urgencia. Nos hemos preguntado muchas veces qué contribución podíamos aportar a este escenario tan desalentador. Yo llevo aquí 26 años y nunca había visto este nivel de división.

¿Cómo habéis respondido a esa pregunta?
Con nosotros mismos. Lo pensaba los días del Capitolio, cuando todavía quedaba mucho que organizar y empezábamos las jornadas con el Angelus delante del belén y del cartel de Navidad. Ese «otro mundo dentro de este mundo» del que habla Giussani expresa el pensamiento que nos acompaña en el Encounter. ¿Qué podemos ofrecer a todos? Nuestra experiencia. Una vida que, por gracia de Dios, es diferente. Con todos nuestros límites y defectos, llena de errores, pero, al menos como ímpetu inicial, abierta al encuentro. Es lo que más necesitamos hoy: ojos abiertos de par en par, corazones abiertos, oídos abiertos. Para poder entender que el otro es un don muy valioso para ti, igual que tú para él. Puede parecer una impostación minimalista ante la enormidad de los problemas que afectan a este país, pero creo que es la única respuesta posible: un testimonio. Hechos de unidad, hechos que muestren algo vivo y más atractivo que los bandos ideológicos de un lado u otro. Aunque, claro está, aparte de esa urgencia también percibimos toda nuestra impotencia.

¿En qué sentido?
Con el tiempo hemos aprendido a hacer el Encounter real, de carne y hueso. Lo que se abría ante nosotros era una dimensión completamente nueva. Nos hemos dirigido a los amigos del Meeting, que estos años siempre nos han acompañado. Nueva York no es Italia, pero el desafío es el mismo: cómo comunicar una vida, la dinámica del encuentro, también a través de internet. Por ejemplo, con los invitados. La disponibilidad de ciertos ponentes, paradójicamente, nos ha resultado más fácil. Por Zoom también se puede conectar alguien que no puede acudir en persona. Pero nos preguntamos cómo poder encontrarse de verdad con estas personas a través de una pantalla. Lo más bonito del Encounter es abrazarse, hablar cara a cara, ver a los voluntarios. Eso es lo que siempre ha conquistado a los que han venido. Esta vez, lo veremos. Lo que no cambia es nuestro deseo de encontrarnos con la persona, no ponernos a escuchar a ciertos sabios que saben mucho de ciertos temas. Queremos conocerlos, y queremos que se encuentren entre sí. Eso nos estimula para buscar nuevas vías.

¿Por ejemplo?
No lo sé… Tal vez, cuando escribes una invitación, eres menos formal y añades lo que le dirías si lo vieras en persona. Buscas un diálogo a través de las modalidades de las que dispones. Es lo mismo con los técnicos, proveedores, etcétera. La verdad es que llegaré al Encounter con mucha curiosidad. Si las condiciones son estas, no las puedo cambiar. Pero la realidad es ahora. No puedo pensar que lo mejor sería esperar a que la realidad cambie.



¿Qué destacarías del programa?
Este año, claramente, es más ligero, pero si tuviera que poner algún ejemplo diría el encuentro del sábado, titulado “Not by profit alone”. Es importante afrontar la cuestión económica en un país como EE.UU, donde el éxito siempre ha sido un aspecto del gran sueño americano, pero en este momento el trabajo se está resintiendo duramente. ¿Qué trabajo podemos hacer? ¿Y para quién? Si las grandes pruebas de este tiempo consiguen abrir la puerta a ciertas preguntas, será útil. Luego, por mi sensibilidad, señalaría el encuentro sobre la “epidemia suicida” que estamos viviendo aquí. Es el reflejo de una falta de significado que pesa mucho más que los problemas prácticos. Pero también destaca la intervención de monseñor Pizzaballa, monseñor Pierre, Charles Taylor…

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¿Y las exposiciones?
Habrá dos, también online. Una dedicada a don Giussani, que siempre nos ha acompañado y este año también. Queremos que esté claro cuál es el origen de todo esto. La otra está dedicada a monseñor Albacete. Quién sabe qué diría de estos tiempos… Lo paradójico es que, igual que en el Meeting, la virtualidad aquí también está abriendo fronteras. Este año todos los actos tendrán traducción simultánea al español. En muchas ciudades habrá watching stations: lugares de conexión para asistir desde casa, en familia o en grupos de amigos. En ciertos casos será posible continuar los encuentros con debates por Zoom para profundizar en los contenidos. No lo habíamos pensado, pero algunos lo han pedido y les hemos animado a hacerlo. Cuando no sabes, aprendes haciendo…