Javier Menéndez Ros, en el Congreso.

Ayuda a la Iglesia Necesitada, en el Congreso de los Diputados

Raquel Martín

Javier Menéndez Ros, director de Fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), compareció el 22 de abril ante la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados, donde pidió a los políticos españoles y a la sociedad un mayor compromiso con los cristianos que sufren persecución a causa de su fe.

«Si creemos en los derechos fundamentales y de verdad somos demócratas, no podemos pasar por alto los atropellos sufridos por muchas minorías religiosas en el mundo». Asimismo señaló que las resoluciones tomadas por las instituciones gubernamentales deben ir acompañadas de medidas eficaces que presionen a los países que no respetan la libertad religiosa.

El director de AIN aseguró que «necesitamos urgentemente que se conozca y que se denuncien los ataques a la libertad religiosa». También destacó la existencia de «un silencio culpable en muchos medios y una indiferencia por parte de la comunidad internacional, especialmente la de Occidente». Por otro lado, destacó la labor fundamental de «denuncia, presión y concienciación que realizan asociaciones ciudadanas», y denunció «la falta de igualdad en la cobertura de noticias», pidiendo que se recojan en los medios todos los hechos de violencia contra diferentes minorías religiosas.

Durante la intervención, se presentaron los preocupantes datos recogidos en el Informe Libertad Religiosa en el Mundo 2014, elaborado por AIN, en el que se concluye que la libertad religiosa está en grave deterioro. Según este informe, en un tercio de los países del mundo hay un empeoramiento de este derecho y en casi la mitad la libertad religiosa está vulnerada. El informe también estima que unos 200 millones de cristianos sufren persecución y otros 50 millones no pueden vivir libremente su fe.

Javier Menéndez Ros describió el nuevo escenario mundial con la creciente amenaza del fundamentalismo islámico que está sofocando a las minorías religiosas en África, Asia y Oriente Medio, donde los cristianos han pasado de ser un 20% a menos del 4% en los últimos 100 años. La comparecencia finalizó con el testimonio de personas concretas que han sufrido este hostigamiento, como es el caso de Shabbaz Bhatti, ministro para las Minorías Religiosas del Gobierno de Pakistán que fue asesinado en 2011 por su labor en defensa de la libertad religiosa, pero que nunca abandonó su fe católica y su lucha por los más pobres y necesitados.

Los grupos parlamentarios aplauden el trabajo de AIN
La portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Exteriores, Rocío López, agradeció el trabajo de la Fundación AIN en defensa de la libertad religiosa y la lucha contra la persecución de todas las religiones. Calificó de «grandes crímenes contra la humanidad» los últimos acontecimientos contra cristianos en el mundo, entre otros el atentado de Kenia o la irrupción del EI en Iraq.

«La libertad religiosa no es una libertad de segundas, es un derecho con amparo legal», afirmó, y su defensa «nos compete a todos, independientemente de nuestra ideología y religión, es una libertad fundamento de las demás libertades».

El portavoz de Izquierda Plural, Joan Nuet, coincidió en que es fundamental defender la libertad religiosa y que el yihadismo hay que atajarlo, «sin la libertad religiosa empezamos a cuestionar el resto de las libertades. Los estados occidentales debemos replantearnos nuestra mirada al mundo», recordó.

«Gracias por el trabajo que hacen a favor de los cristianos en el mundo», afirmó Delia Blanco, portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Exteriores del Congreso, denunciando que España nunca ha aceptado el asilo para personas perseguidas por su religión. «Tenemos que empezar a poner medidas para defender este derecho fundamental», aseguró la diputada, instando al Gobierno de España a que abra la puerta a los demandantes de asilo o refugio por persecución religiosa.

La diputada socialista destacó la fortaleza de la fe que viven las personas en todo Oriente Medio a diferencia de los países occidentales, «los únicos que nos permitimos ser agnósticos somos los ricos. No me preocuparía por el número de creyentes en el mundo sino por la calidad de los mismos».