La Fraternidad

La Fraternidad de CL es una Asociación universal de fieles reconocida durante los años ochenta: el primer reconocimiento oficial fue en fecha 11 de julio de 1980 y lleva la firma de monseñor Matronola, abad de Montecassino. Después vino el del Pontificio Consejo para los Laicos el 11 de febrero de 1982. Se trata de adultos que libremente se comprometen en el seguimiento de Cristo y de la Iglesia según el método trasmitido por el fundador (cfr. La obra del Movimiento. La Fraternidad de Comunión y Liberación).
En torno a la mitad de los años setenta, algunos miembros de CL, acabados los estudios universitarios, querían profundizar en su pertenencia a la Iglesia dentro de la vida adulta, para crecer como personalidades cristianas maduras.
En la carta enviada a don Giussani con ocasión del veinte aniversario del reconocimiento, Juan Pablo II sintetizaba con estas palabras la finalidad de la Fraternidad: «Rememorando la vida y las obras de la Fraternidad y del Movimiento, el primer aspecto que destaca es el empeño puesto en prestar atención a las necesidades del hombre de hoy. El hombre jamás deja de buscar. (…) El Movimiento, por tanto, ha querido y quiere indicar no ya un camino sino el camino para llegar a la solución de este drama existencial. El camino –¡cuántas veces lo ha afirmado usted!–, es Cristo. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, que alcanza a la persona en su existencia cotidiana. El descubrimiento de este camino sucede normalmente gracias a la mediación de otros seres humanos. Marcados por el don de la fe a raíz del encuentro con el Redentor, los creyentes están llamados a ser un eco del acontecimiento de Cristo, a convertirse ellos mismos en “acontecimiento”».

Fundada por don Giussani y presidida por él hasta el momento de su fallecimiento, la Fraternidad de CL estuvo guiada por Julián Carrón hasta 2021, elegido presidente por la Diaconía central como sucesor del fundador. El 15 de noviembre de 2021, debido al Decreto General Las asociaciones de fieles promulgado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Carrón comunicó con una carta a la Fraternidad su decisión de dimitir para favorecer desde el principio el proceso de cambio requerido a las asociaciones internacionales de fieles reconocidas por la Santa Sede. Tras su dimisión, desde el 27 de noviembre de 2021 el vicepresidente, Davide Prosperi, le sustituyó como presidente.
Actualmente la Fraternidad reúne en sus grupos –difundidos en los cinco continentes– a alrededor de sesenta mil adultos, comprometidos en el camino de la santidad, que reconocen como la finalidad de su existencia y amistad recíproca. La adhesión a la Fraternidad prevé una regla esencial de ascesis personal: momentos cotidianos de oración, la participación en los encuentros de formación espiritual, entre ellos los Ejercicios espirituales anuales, los retiros y el compromiso en sostener, incluso económicamente, las iniciativas caritativas, misioneras y culturales que promueve y sostiene la Fraternidad misma.

«Los creyentes están llamados a ser un eco del acontecimiento de Cristo, a convertirse ellos mismos en “acontecimiento"» (Juan Pablo II)

Fraternidad de Comunión y Liberación
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