Un Dios por padre
Para los cristianos Dios es un padre; es más «es un papá, nuestro Dios es un papá»: agregando esta consideración al texto preparado para la audiencia general, el Papa Francisco suscitó el aplauso de los fieles que llenaron la plaza de San Pedro en la soleada mañana del 10 de abril.
Durante la tradicional cita del miércoles, animada por el entusiasmo de los numerosos grupos latinoamericanos presentes —a quienes saludó por primera vez en lengua española— el Papa dedicó la reflexión semanal al significado de la resurrección de Jesús para la vida de los cristianos, subrayando cómo nuestra fe se funda en ella «como una casa se apoya en los cimientos: si estos ceden —explicó— se derrumba toda la casa». En efecto, con la resurrección de Cristo acontece algo absolutamente nuevo: «Somos liberados de la esclavitud del pecado y nos convertimos en hijos de Dios». Esto —añadió el Papa— tiene lugar con el bautismo, a través del Espíritu Santo, que «realiza en nosotros esta nueva condición», gracias a la cual el Señor «nos trata como a hijos, nos comprende, nos perdona, nos abraza, nos ama incluso cuando nos equivocamos». Ciertamente —advierte el Pontífice— esta relación filial no puede ser «como un tesoro que conservamos en un rincón de nuestra vida»; al contrario «debe crecer, debe ser alimentada cada día con la escucha de la Palabra, la oración, la participación en los sacramentos —especialmente la Penitencia y la Eucaristía— y la caridad». En definitiva, como recalcó el Papa Bergoglio, la fe cristiana implica el compromiso de seguir a Jesús «incluso si vemos nuestras limitaciones y nuestras debilidades», para obtener de Él «nueva fuerza también en las fatigas cotidianas».
Palabras que luego tuvieron eco en el saludo dirigido por el Santo Padre a los fieles de lengua árabe, con la exhortación a no desalentarse ante el mal y la muerte, porque en la resurrección de Cristo está «la certeza sobre la cual debemos construir toda nuestra existencia y nuestro obrar cotidiano», y en el llamamiento pronunciado al final de la audiencia a rezar por las víctimas del devastador terremoto que azotó Irán.