Tú eres un bien para mí

«Solo la iniciativa de Dios creador podía colmar la medida del corazón; Él nos ha salido al encuentro para dejarse encontrar por nosotros como se encuentra a un amigo». Con estas palabras el Papa Francisco nos ha invitado a ir al fondo del lema de esta año, esa usencia del corazón que inevitablemente remite al deseo de algo más grande. También lo dijo el presidente de la República, Sergio Mattarella, en el mensaje que nos envió al inicio del Meeting: «El riesgo de cerrazones sectarias o tentaciones fundamentalistas siempre está al acecho». Por eso no debemos perder de vista «nuestra humanidad, la fraternidad el deseo de bien y de lo bello».

Este año nos lo han testimoniado muchas personas, empezando por el padre Ibrahim Alsabagh, párroco sirio de Alepo. En una ciudad devastada por cuatro años de guerra, donde faltan el agua y la comida, los franciscanos abren la puerta de su convento a todos: musulmanes, cristianos o kurdos, no ha diferencia; el padre Charly de Buenos Aires junto a sus jóvenes amigos, que han venido a Rímini para compartir su experiencia. Como la primera dama afgana, Rula Ghani, el ministro de Exteriores de Túnez, Taieb Baccouche, o personalidades italianas como Pietro Modiano o Fausto Bertinotti, pero también el cardenal Jean Louis Tauran, el cardenal George Pell, el cardenal Giuseppe Betori, monseñor Nunzio Galantino, monseñor Silvano Maria Tomasi, el padre Mario-Giuseppe Lepori, abad general de los cistercienses, el arqueólogo Giorgio Buccellati, el presidente de Special Olympics Timothy Shriver, el lingüista Noam Chosky, el científico Duccio Macchetto o el astronauta Roberto Vittori. Así como el premier Matteo Renzi y los ministros Martina, Poletti, Gentiloni, Galletti, Delrio y Padoan.

Esta búsqueda, este deseo de lo que es bueno y bello, ha movido a grandes artistas protagonistas de los espectáculos del Meeting. Un programa que ha permitido la relectura de un texto como La anunciación a María, en una nueva traducción, o el descubrimiento de un género como el “canto popular de montaña” con el Coro de la CET y la belleza de la poesía, con grandes intérpretes del teatro italiano que han protagonizado el espectáculo inaugural, La impronta – Corazones modernos.

Junto a sus casi 3.000 voluntarios, auténticos protagonistas del Meeting que llegan desde más de 40 países del mundo, signo de que al Meeting por la Amistad entre los Pueblos es una experiencia real, los 218 ponentes, los comisarios de las exposiciones (artistas, científicos, escritores, profesores), pero también expertos del mundo de la economía y la empresa, que a partir de un deseo de construcción ya han vuelto a empezar, como Nerio Alessandri, Brunello Cucinelli, Roberto Snaidero.

Con todos ellos se ha llevado a cabo este Meeting. Se construye juntos porque solo un encuentro genera sujetos nuevos, vivos, capaces de incidir en el mundo. En el extraordinario diálogo entre Julián Carrón y el profesor Joseph Weiler, sobre la figura de Abrahán y la alianza entre el hombre y Dios en relación a los desafíos del presente, empezando por el de despertar al yo de su sopor y aburrimiento, hemos escuchado: «Ahí está el inicio de una historia. Dios comenzó con lo que había, a partir del yo tal como era al inicio, con todas sus dificultades y límites. La historia de la Biblia es una historia llena de límites humanos (…), es el hombre real tal cual es quien ha sido despertado» (don Julián Carrón). «Para ser mirado, como Zaqueo subido al sicómoro –afirmó Fausto Bertinotti-, el yo necesita una mirada de alguien con quien dialogar y confrontarse».

«Y nosotros hemos aprendido a lo largo de nuestra historia que no hay otra relación con la verdad que no sea la libertad». Como decía don Luigi Giussani: «El hombre de hoy espera tal vez inconscientemente la experiencia del encuentro con personas para las cuales el hecho de Cristo sea una realidad tan presente que su vida cambie. Es un impacto humano lo que puede sacudir al hombre de hoy».

Por eso el lema de la XXXVII edición del Meeting por la Amistad entre los Pueblos, que se celebrará del 22 al 28 de agosto de 2016, es: Tú eres un bien para mí