Salvemos la fe para sostener la esperanza

Hoy, martes 26 de junio, Benedicto XVI nos visita en nuestra tierra herida por el terremoto. Una visita muy breve, con un solo encuentro en Rovereto de Novi.

¿Qué ha movido el corazón del Papa a emprender este viaje, y qué mueve el nuestro a recibirle?

Como siempre en la vida, tenemos que decidir si abrirnos a su encuentro o no. Abrirnos a esas preguntas últimas que el corazón grita tanto en la vida diaria como en las pruebas dramáticas. En el fondo, cada uno puede reconocer que son verdaderas también para sí mismo: ¿en qué se apoya de verdad mi vida? ¿Por dónde se puede volver a empezar a construir?

Mientras tanto, nos ayuda la sabiduría de Guareschi que, mediante los ojos de Don Camilo, miraba a su tierra devastada por la inundación: «Las aguas salen tumultuosamente del lecho de los ríos y lo asolan todo. Pero un día volverán calmadas a su cauce, y volverá a brillar el sol. Y si al final vosotros habéis perdido algo, seguiréis siendo ricos si no habéis perdido la fe».

Don Ivan Martini, párroco de Rovereto de Novi, se ha sacrificado para poner a salvo a la Virgen, con un gesto simple pero no ingenuo. De esta manera nos ha mostrado qué significa amar a la Iglesia visible, lugar de una esperanza que no defrauda, porque se asienta en una Presencia firme.

Recibamos al Papa que viene para recordarnos Quién nos da la vida ahora, Quién es el punto de apoyo seguro para afrontar esta situación sin huir.