La esencia del tiempo
EditorialLa esencia del tiempo, cristianamente hablando, es festiva por la presencia de un compañero con el que resulta posible cualquier aventura de trabajo, indicio cierto de una imagen última de plenitud; y con el que cualquier parcialidad y extrañeza resulta penetrada por una tensión unificante que organiza las características de la existencia personal en una capacidad de relación con todos los demás hombres llamados también a la obra de Dios, produciendo en consecuencia un aspecto de plena socialidad.
Nuestro corazón está invadido por la imagen que ha creado Juan Pablo II en la Tertio Millenio Adveniente: «El tiempo en realidad se ha cumplido por el hecho de que Dios, mediante la Encamación, se ha metido dentro de la historia del hombre. La eternidad ha entrado en el tiempo: ¿qué “cumplimiento” mayor que éste?, ¿qué otro “cumplimiento sería posible?».
L. Giussani, L'Osservatore Romano, 6 de abril de 1996