Comunicado de prensa a los seis años de la muerte de don Giussani
El sexto aniversario de la muerte de don Luigi Giussani (22 de febrero de 2005) y el 29° del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de CL serán recordados con la celebración de misas presididas por cardenales y obispos en cientos de ciudades de Italia y del mundo con esta intención:
«A la luz del carisma de don Giussani, pedimos al Señor la gracia de que “la inteligencia de la fe se convierta en inteligencia de la realidad”, como ha recordado el Santo Padre Benedicto XVI. Pedimos también por los muchos hermanos cristianos perseguidos y mártires de la fe en el mundo. Pedimos para ellos y para todos nosotros la fuerza y la valentía del testimonio en cualquier circunstancia de la vida. Que por su sacrificio Dios nos dé la paz y la consolación de los corazones».
Señalamos de forma particular algunas misas en Italia:
-Roma, S.E. card. Velasio De Paolis, 22 de febrero.
-Milán, S.E. card. Dionigi Tettamanzi, 28 de febrero
-Génova, S.E. card. Angelo Bagnasco, 1 de marzo.
Y fuera de Italia:
-Nueva York, S.E. mons. Timothy Michael Dolan, 27 de febrero.
-Lisboa, S.E. card. José da Cruz Policarpo, 27 de febrero.
-Nairobi, S.E. card. John Njue, 25 de febrero.
-Lima, S.E. card. Juan Luis Cipriani, 24 de febrero.
-Madrid, S.E. card. Antonio M. Rouco Varela, 24 de febrero.
-Moscú, S.E. mons. Paolo Pezzi, 22 de febrero.
-Varsovia, S.E. card. Kazimierz Nycz, 22 de febrero.
-Bucarest, S.E. mons. Ioan Robu, 19 de febrero.
-Montreal, S.E. mons. James Mathew Wingle, 18 de febrero.
Este año, el agradecimiento a Dios por la vida de don Giussani y el reconocimiento de la Fraternidad de CL es aún mayor debido a la beatificación de Juan Pablo II, como ha escrito recientemente Julián Carrón en una carta enviada a todo el movimiento:
«Conocemos bien el estrecho vínculo que, desde el principio del pontificado, unió a Juan Pablo II con don Giussani y CL, en virtud de una consonancia en la mirada de la fe hacia toda la realidad y de la pasión por Cristo, “centro del cosmos y de la historia” (Redemptor hominis). (…) Si alguien tiene una enorme deuda de reconocimiento con relación a Juan Pablo II, somos precisamente nosotros. Y no podemos encontrar un modo más adecuado de mostrar nuestro reconocimiento que seguir incansablemente su llamamiento lleno de autoridad: “No permitáis jamás que en vuestra participación anide la carcoma de la costumbre, de la ‘rutina’, de la vejez. Renovad continuamente el descubrimiento del carisma que os ha fascinado y él os llevará más poderosamente a haceros servidores de esta única potestad que es Cristo Señor” (Castelgandolfo, 12 de septiembre de 1985)».