Gana el que abraza más fuerte

Alfa y Omega
Enrique Arroyo

Desde que conoció el movimiento de Comunión y Liberación, toda la vida de Jesús Carrascosa, conocido como Carras, ha sido la pasión por llevar la vida de Cristo al mundo. Eso fue lo que le llevó a dar clase con 39 años y sin ninguna experiencia con jóvenes. Yo fui alumno suyo en su primer año de enseñanza. Tenía una personalidad arrolladora. A nosotros, jóvenes burgueses de nuestro tiempo, nos enseñó a reconocer la grandeza y profundidad de los deseos más verdaderos que los problemas de la vida nos suscitan a todos y nos desafiaba a que los tomáramos en serio, a mirar la realidad sin olvidar ni censurar nada, a aspirar al máximo, a buscar la verdad de todas las dimensiones de nuestra vida. Esa es la autenticidad humana que siempre le había movido y que le permitió reconocer que solo Cristo responde al corazón del hombre. Le fascinaba repetir incansablemente que Cristo no solo había venido a darnos la vida eterna, sino también el ciento por uno en esta vida. Y toda su vida ha sido expresión de ese ciento por uno...
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