Navidad 2015. El Cartel de Comunión y Liberación

Como cada año, el Movimiento de Comunión y Liberación propone una imagen artística y un texto como ayuda para vivir el misterio de la Navidad.

Este año la imagen es de V. Kandinsky, Línea curva libre hacia el punto: sonido simultáneo de líneas curvas geométricas, 1925. Metropolitan Museum of Art, Nueva York (© The Metropolitan Museum of Art / Art Resource / Scala, Florencia).

«Es como un trozo de hielo en el que arde una llama». Así escribía Vasily Kandinsky en 1925, el mismo año en que realizaba este dibujo de tinta sobre papel, que hoy se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York. Habían pasado más de quince años desde su célebre primera acuarela abstracta de 1909. El arte de Kandinsky se ha vuelto aparentemente más frío y calculado. Son los años en que da clase en la Bauhaus, la famosa escuela alemana de arquitectura y diseño vinculada al racionalismo y al funcionalismo. También escribe un ensayo de teoría artística titulado Punta, línea y superficie. Este dibujo es la ejemplificación perfecta de su propósito: representar de manera clara y pura un dinamismo plenamente real y humano. Este dinamismo es la atracción que se ejerce sobre la línea (que es nuestra vida) desde un punto (el otro, el huésped inesperado). Algo que, por mucho que parezca desmaterializado en la representación de Kandinsky, produce, como él mismo escribió, «una vibración del corazón». Y quizás las curvas que acompañan la trayectoria se podrían leer como la representación de esta vibración...

El texto está formado por dos fragmentos. El primero, del Papa Francisco, está tomado del Discurso en el Centro de Rehabilitación Santa Cruz – Palmasola. Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), 10 de julio de 2015.
El segundo fragmento, de Luigi Giussani, está tomado del libro L’avvenimento cristiano, BUR, Milán 2003, pp. 14-15.
Estos son los dos textos:

«Por vos, por vos, por vos, por mí. Un amor activo, real. Un amor que sana, perdona, levanta, cura. Cuando Jesús entra en la vida, uno no queda detenido en su pasado, sino que comienza a mirar el presente de otra manera, con otra esperanza. Uno comienza a mirar con otros ojos su propia persona, su propia realidad. No queda anclado en lo que sucedió. Y si en algún momento estamos tristes, estamos mal, bajoneados, en su mirada, todos podemos encontrar espacio».
(Papa Francisco)

«Dios, el destino, el misterio, el origen de todas las cosas, asumió un rostro humano. Así apareció Dios en el mundo. Quien se encontraba con él decía: “Nadie ha hablado jamás como este hombre”, o bien: “Este hombre sí que habla con autoridad”. Dios, el misterio, el destino hecho hombre, se hace presente ahora en mi vida y en la tuya, en la de todos los que están llamados a verle y reconocerle en un rostro: un rostro humano nuevo con el que nos encontramos».
(Luigi Giussani)

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